Los riesgos de “la nube”

Creo que empezamos a ver cómo el mundo del cloud computing va madurando, poco a poco.

Aún queda mucho por hacer, pero la sensación que tengo es que el pensamiento va siendo cada vez más sereno y con conocimiento de causa a escala global —no nos engañemos, quedan aún muchos “vendemotos” que buscan un dinero rápido, pero el público parece ir sabiendo mejor lo que necesita.

Los eventos de Abril del año pasado, con múltiples empresas seriamente afectadas por una caída de los servicios de Amazon (AWS), junto con los diversos fallos masivos en otros proveedores durante el último año, van calando en la percepción del público técnico poco a poco.

Existe gran cantidad de riesgos y preocupaciones que no “desaparecen” mágicamente cuando se usan plataformas “cloud” — hace cosa de un año, un director técnico al que por otro lado respeto mucho, insinuaba que podrían olvidarse de por vida de la infraestructura de servidores migrando a la nube. Hay gran cantidad de nuevos peligros a los que debemos enfrentarnos… Sí, es cierto que algunos de los problemas pasan a ser “responsabilidad de otros”, pero un pensamiento claro, global y con razonamientos y datos sólidos sobre “qué es el cloud computing y para qué sirve y es beneficioso” es más necesario que nunca; Por otro lado, esta reflexión es mayormente inexistente en una escala global. El poder de la maquinaria del “circo mediático” tiene a una gran cantidad de profesionales del mundo de las TIC  poco menos que obnubilados, sin capacidad clara de discernir la realidad.

¿Será que estoy generalizando en exceso? Creo que no: miremos en Twitter y podremos apreciar una muestra representativa de cómo piensa el público actualmente sobre “la nube”. Si nos fijamos en los auténticos publirreportajes y separatas —incluso de publicaciones tan prestigiosas como el Wall Street Journal— descubriremos enseguida la fuente de tanta confusión: un artículo hace poco pretendía revolucionar incluso… ¡las guarderías!. Claro, quién quiere tener un simple “escucha-bebés” cuando podemos tener todo un portátil con una webcam en la guardería, transmitiendo cada momento del día de nuestros bebés… ¡qué pasada! ¿o no?. Bueno, tal vez este sea un caso un poco extremo, pero creo que ilustra el caso: casi todo lo que se ha escrito recientemente acerca de la nube era, al tiempo, ridículamente exagerado y completamente fuera de lugar; algunos periodistas “técnicos” y muchos marketers aprovechan para ponerle la palabra “cloud” a cualquier asunto siquiera mínimamente relacionado con la tecnología con tal de conseguir un poco más de atención del público…. y claro, esto provoca que los conceptos se enturbien y diluyan con cierta facilidad.

Al menos, algún cliente se ha empezado a hacer preguntas tales como: “y si subcontrato un determinado servicio a un proveedor externo cloud y se produjera una emergencia que afecte a una gran cantidad de clientes, ¿tendré que esperar en la cola para que resuelvan el problema que afecta a mis sistemas?”. Esto es pensar de forma razonable y prudente. Hace falta más gente que piense así. La “monocultura”(o monopolio) de cualquier tipo es un problema: cuando se construye una solución cloud, es necesario considerar las implicaciones de un fallo y diversificar no sólo ubicaciones, sino incluso proveedores.

Esto abre además otra cuestión: la necesidad de un conjunto estandarizado de APIs para la gestión de recursos cloud … pero esto es un tema para otro artículo.